No podemos resolver nuestros problemas con la misma forma de pensar que usamos cuando los creamos
(Albert Einstein).

La degradación de la tierra lleva a una reducción continua del potencial de producción y de resiliencia inherente de las areas. Dependiendo del contexto específico, los cambios en el régimen climático ya observados o pronosticados dan lugar a una combinación de nuevos retos y oportunidades para las comunidades rurales.

Particularmente en areas altamente desestabilizadas o vulnerables, los cambios inducidos por el cambio climático –p. ej. en forma de sequías más pronunciadas o lluvias torrenciales ocasionales – pueden además acelerar la degradación de la tierra o de otras maneras impactar negativamente en la producción agrícola y seguridad alimentaria.

Una estrategia sólida para enfrentar las demandas relacionadas con el cambio climático no puede basarse en aplicar algunos ajustes aislados por ejemplo en el campo de la selección y mejoramiento genético de semillas o mediante la construcción de barreras físicas adicionales para reducir los daños causados por inundaciones ocasionales.

En lugar de eso una adaptación exitosa al cambio climático requiere esencialmente en muchas areas de la aplicación de un planteamiento holístico para ayudar a la restauración de sistemas de manejo de la tierra diversos, estables y resilientes a los riesgos.

Los esfuerzos para fortalecer el manejo del suelo y del agua son, junto con el reestablecimiento de una cubierta vegetal fuerte y con buena capacidad de recuperación, de importancia capital para apoyar al desarrollo de sistemas de manejo de la tierra resistentes al cambio climático.